El chico de tristes ojos verdes

Pasea su melancolía

Por renglones arrancados a las brumas.

En la neblinosa gruta donde hospeda sus infamias

Le suspira a cada verso escrito en las perecederas nubes.

Se afana, desventurado, a la quilla

Del destartalado navío que sucumbe

Entre las calmadas olas;

Aquellas que borran las huellas de la última esperanza,

Arrebatándole a la orilla la certeza de sus migajas.

Enmascarando sus medrosas respuestas

Garabatea un sucinto párrafo…

Mortuoria esquela sin fechas,

Con su nombre debajo.


Ped.

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