Cuando susurros de brisa

golpeen utopías y anhelos

y hagan de la lluvia un perfil clandestino

con rastros de paradoja…

 

Y no haya rúbrica ni estampilla,

ni suposición de fisgoneo,

paroxismo de brevedad…

y se evaporen rebozo,

perfidia y celada.

Y no encuentre riña

ni chaflán donde esconder

deriva

y reconozca tus egregios pasos…

 

Entonces no querré declive

ni eufonía…

solamente un adarme de adecuación

en el prefacio de tus atisbos.


Ped.


Pedro Javier Quintero.


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