ZAMBRA (eventualidad en los desarreglos)
Te imagino viajando
de noche en
trenes sin destino,
embriagada aún del calor con que te obsequió tu último
amante,
mientras el aire infinito
juega a ser
villano
y
ladrón de horas
en un reloj que no adultera tiempo.
Te imagino escribiendo
versos en la ventanilla empañada
que oculta el paisaje de la huida
y hace de la
aurora
una
distancia astronómica de densa melancolía.
Te imagino…
y te siento
como
en la última posada,
en un idilio de manos
-provocadoras-
sopesando…
si lecho,
sofá
o jardín.
Te imagino sonriendo
frente a los precipicios de la despedida
que reclama argucia y zambra en los equipajes del recuerdo.
Te imagino y dudo
si asomarme
al balcón de tus ojos
cuando te encuentre
-casual-
en cualquier
apeadero
o retomar, ileso, el camino con la torpeza de mis pasos
hacia un mañana enderezado.
Ped.
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